Dromeosáuridos

La família de los Dromeosáuridos perteneció a la superfamília de los Deinonicosaurios, que se incluía a su vez en el infraorden de los Terópodos, en el suborden de los Sauristiquios y en el orden Dinosaurio.

Los Dromeosáuridos, nombre que quiere decir "reptiles corredores", forman un grupo de fieros dinosaurios carnívoros que vivieron durante el periodo Jurásico y el periodo Cretácico superior, y también uno de los más extendidos: estuvieron presentes en territorios de Norteamérica, Europa, África septentrional, Japón, China, Mongolia, Madagascar, Argentina y Antártida.
Estos reptiles carnívoros bípedos fueron quizá los cazadores más mortíferos, rápidos y también, más extraordinarios que jamás haya habido. En cuanto al tamaño, por lo general solían medir entre 2 y 4 metros de longitud, sin embargo, algunas especies como el Utahraptor podía llegar a medir incluso 8 metros, llegando a ser el mayor reptil corredor de todos los tiempos. Estos dinosaurios corredores tenían las patas delanteras muy largas y con tres dedos provistos de espolones muy curvados, lo que les permitía tener una gran manejo de sus extremidades delanteras, usándolas como garfios de abordaje con los que agarraban  a su presa al abalanzarse sobre ella, y los cuales les permitía sujetarlas y manejarlas a su gusto, debido en gran parte a la gran movilidad que poseían en las muñecas.
También tenían una estructura de varillas óseas en la cola, las cuales le aportaban rigidez a la cola lo que le permitirían al dinosaurio mantener el equilibrio durante la carrera así como cambiar rápidamente de dirección con un simple volantazo de su cola, incluso a galope tendido. Los dinosaurios Dromeosáuridos podían alcanzar mucha más rapidez que cualquier otro dinosaurio, así como mantenerse mayor tiempo en carrera. Pero estos dinosaurios no se convirtieron en uno de los dinosaurios más mortíferos de todos los tiempos solo por su gran agilidad, también disponía de unas terribles armas.
Poseían un arma mortífera: una garra retráctil en el segundo dedo de cada pata trasera, la cual tenía forma de hoz y les permitía atacar a sus presas de forma rápida y eficaz. Pero también habían desarrollado una serie de estructuras en su cráneo especializadas en la cacería: poseían unas potentes mandíbulas provistas de  afilados dientes irregulares y curvados hacia atrás, por lo que su mordisco podía arrancar grandes pedazos de carne, y además, algunas especies poseían una estrecha bisagra detrás de los ojos que tenía la función de actuar como amortiguador para impedir que el cerebro del dinosaurio retumbara cuando éste cerraba la boca con tal fuerza.